15 Dec Los Estudiantes Afrontan la Salud Mental Por Sí Mismos, Pero Necesitan Apoyo
(Foto por Siora Photography / Unsplash)
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Nota del editor: Hemos preguntado a los estudiantes de Kennedy cómo cuidan su salud mental y qué podrían hacer las escuelas y los padres para aumentar el bienestar mental de los adolescentes. Sus respuestas han sido editadas.
Advertencia sobre el contenido: Este artículo contiene referencias al suicidio.
Afrontar la salud mental no es fácil. Todos tenemos nuestras maneras de hacerlo. Yo paso tiempo con personas con las que me siento bien. Estar con otras personas con las que quiero estar ayuda mucho. Las escuelas deberían ofrecernos áreas en las que pudiéramos ayudarnos mutuamente. No todo el mundo se sentirá cómodo con un adulto, pero sí con un alumno de su edad.
— Diana Nguyen, 17 años
Hablo de mis sentimientos y encuentro tiempo para mí. Las escuelas y los padres pueden aumentar el bienestar mental de los adolescentes investigando, y luego, intentar ayudar a los adolescentes a comprender su salud mental.
— Janet Madison, 16 años
Mi miedo a morir sin haber vivido es mayor que mi deseo de suicidarme. Me enfoco en las cosas que importan cuando la vida se pone difícil. Toco la guitarra, leo libros y sigo respirando. No hay ningún secreto para enfrentarse al dolor, pero si puedes soportar el dolor y alejarte, puedes tener un corazón lo bastante fuerte como para superar cualquier obstáculo. La cosa de la vida es que cuando perdemos la luz y la forma de seguir adelante, siempre hay una opción nueva y mejor. Necesitamos tener el valor de vivir en lugar de suicidarnos. Hay muchas razones para seguir respirando.
— Bradley Cauich, 17 años
Las escuelas y los padres de familia pueden aumentar la concienciación sobre la salud mental creando un espacio seguro y privado para los alumnos. Los alumnos deben poder compartir sus sentimientos, pensamientos y emociones con alguien en quien confíen. No debería compartirse con los padres, porque el alumno podría perder esa confianza y no buscar ayuda por miedo a que se comparta la información. Estaría bien que las escuelas ofrecieran terapia.
— Lourdes Mendoza, 15 años
Cómo me enfrento a la depresión y la ansiedad es que no lo hago. Me supera y no sé qué hacer. Me siento estancada.
Eh estado lo mejor que he podido en mucho tiempo. Aunque me siento feliz la mayor parte del tiempo, todavía queda esa parte que me afecta. Tuve que ir a terapia por ansiedad y depresión. Me ayudó. Mi ansiedad ha disminuido, pero se vuelve mala cuando me siento cohibida. He aprendido a afrontarla y a no depender de nadie para que desaparezca, porque no siempre va a haber alguien conmigo.
Las escuelas y los padres pueden aumentar el bienestar mental de los adolescentes exponiéndolo y creyendo lo que los adolescentes digan que sienten. Muchos padres pueden no creerles a sus hijos, y las escuelas no hablan realmente de ello.
— Kayla Vidal, 15 años
Lo estoy afrontando un poco mal, pero cada vez mejor. Tengo depresión y otros problemas de salud mental, pero no es tan grave. Con el tiempo me recuperaré. Los [padres y profesores] pueden tener pequeñas charlas con [los adolescentes] más seguido.
— Eric Ronquillo, 16 años
Las escuelas deberían tener un lugar donde los alumnos pudieran ir a hablar con la gente, como un centro de bienestar. Es importante contratar a gente buena, porque si alguien es demasiado duro, podría ser difícil que un alumno se abriera. Los padres podrían ser más comprensivos. Muchos padres presionan a sus hijos y no entienden lo difícil que es cumplir sus expectativas. Los padres deberían informarse más sobre los problemas de salud mental y hablar con sus hijos sobre ello.
— Iyana López, 15 años
Las escuelas pueden ayudar a aumentar el bienestar mental proporcionando un entorno seguro. Los padres pueden ayudar comprendiendo cómo pueden sentirse y brindando consejos de apoyo. Asegurándose de que todo va bien. Haciéndoles saber que cuentan con ellos.
— Asia Belcher, 15 años
Mi depresión ha empeorado mucho, y no se diga de mi ansiedad. Me he sentido triste. Tengo ganas de llorar la mayor parte del tiempo de la nada.
Los padres no entienden por lo que pasan los adolescentes. Para ellos solo pasamos por fases. Los padres no escuchan a sus hijos sobre cómo se sienten. Los padres se enfocan en las calificaciones y en las cosas malas, pero ¿dónde está el apoyo cuando hacemos cosas buenas? Los padres deberían enfocarse más en nuestro bienestar y prestarnos atención, porque cuando crezcamos van a desear tener más tiempo con nosotros, y nosotros vamos a querer ser los padres que desearíamos haber tenido.
— Mariana Zavala, 17 años
Mi estado mental es como una puerta giratoria. Un segundo me gustaría ser productivo, y al segundo siguiente, me vengo abajo con la mente llena de fracasos pasados y actividades deprimentes.
Me siento insignificante en comparación con mis hermanos mayores, que han hecho actividades extraescolares y deportes, y son extrovertidos e inteligentes. Han pasado la escuela secundaria trabajando y socializando.
Conseguí unas prácticas en un restaurante y se lo conté a mi hermano [mayor] con entusiasmo. Me dijo que era una tontería hacer prácticas allí y me preguntó por qué lo hacía.
Conseguí otras prácticas, (¡en Kaiser!) para ver si quería una carrera en el ámbito de la salud. Cuando [se lo conté] a mi hermano mayor, me menospreció. Quizá si mi hermano no fuera tan narcisista, yo no tendría esta mentalidad. Pero sigue siendo mi hermano y, en el fondo, también quiere lo mejor para mí, como lo ha expresado antes. Pero menospreciarme no es la clave para mi situación.
— Iaiba Shahid, 16 años
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