12 Apr A medida que aumenta el odio a las mujeres, también aumentan los asesinatos en masa
(Foto por Tycho Atsma en Unsplash)
By Naja Ji Jaga
En febrero, un hombre de Ohio fue condenado a prisión por conspirar para “masacrar” mujeres. Es uno más en la larga lista de los autodenominados “incels” que amenazan o cometen actos violentos contra las mujeres, pero es el primero condenado por delitos federales de odio.
Planeaba un tiroteo masivo contra mujeres en una universidad de Ohio en 2020 antes de ser detenido en 2021. “Masacraré por odio, celos y venganza”, escribió en un manifiesto. Se declaró culpable de intento de crimen de odio en 2022.
Incels, abreviatura de “involuntary celibates” (célibes involuntarios), son hombres que culpan y están resentidos con las mujeres por su falta de relaciones románticas, y utilizan foros en línea para expresar su frustración, indignación e incluso pensamientos violentos. Al igual que otros trols de Internet, la mayoría de los incels pasan prácticamente todo su tiempo en línea, aprovechando el anonimato de Internet, unas veces para desahogarse en una cámara de eco y otras para fomentar el descontento y el resentimiento.
Pero es un error considerar que quienes se limitan a los espacios en línea son diferentes de quienes actúan de acuerdo con su ideología de odio, según Lisa Sugiura, profesora titular de criminología y justicia penal en la Universidad de Portsmouth (Reino Unido).
“Separar las versiones ‘extremas’ de una ideología de las más ‘mundanas’ crea una dicotomía artificial entre la franja desviada y las ideologías dominantes que, en realidad, se basan en los mismos supuestos”, escribe en su libro de 2021, “The Incel Rebellion: The Rise of the Manosphere and the Virtual War Against Women” (El Rebelión de los Incels: El auge de la manosfera y la guerra virtual contra las mujeres”.
La Manosfera engloba a grupos en línea pro-masculinos y anti-femeninos, incluidos los incels, los activistas por los derechos de los hombres y los seductores. Con el tiempo, las facciones de la manosfera han pasado de los márgenes de Internet a la corriente dominante e incluso se han aventurado fuera de la red, con consecuencias en el mundo real.
Los incels tienden a glorificar a quienes cometen actos violentos en masa. Muchos han canonizado a un hombre, en particular, en su oscuro mundo en línea.
Ese hombre, también autodenominado incel, mató a siete personas, incluido él mismo, e hirió a otras 14 en Isla Vista, California, el 23 de mayo de 2014. Pero no hasta después de compartir creencias llenas de odio en un vídeo que publicó en Internet y en un manuscrito que envió a familiares, conocidos y a su terapeuta. Entre otras cosas, el joven de 22 años decía que quería hacer daño a las mujeres por rechazarle.
El Centro Nacional de Evaluación de Amenazas del Servicio Secreto de Estados Unidos destacó su matanza como ejemplo de extremismo misógino en su informe de marzo de 2022 “Hot Yoga Tallahassee: Un caso de extremismo misógino”.
Los casos de terrorismo misógino están motivados por un deseo extremo de menospreciar a las mujeres y enaltecer a los hombres, aunque el tirador de Isla Vista también atacó a hombres porque estaba celoso de los que tenían relaciones con mujeres.
“Ningún asesino misógino articuló tan claramente la intención terrorista que había detrás del objetivo elegido”, escribió Alex DiBranco en el artículo “Male Supremacist Terrorism as a Rising Threat” (El terrorismo supremacista masculino como amenaza creciente), publicado en 2020 para el Centro Internacional de Lucha contra el Terrorismo de The Hague.
Otro autodenominado incel llamó al tirador de Isla Vista el “Caballero Supremo” y se refirió a la “Rebelión Incel” en un post de Facebook antes de conducir una camioneta a través de una multitud de peatones en Toronto, matando a 10.
Todo esto coincide con las conclusiones del Servicio Secreto.
El Servicio Secreto analizó el papel de la misoginia en la violencia selectiva y descubrió un número creciente de amenazas terroristas motivadas por el odio a las mujeres. Dio a conocer esos hallazgos en el estudio del caso “Hot Yoga”, que examinó el comportamiento del hombre, identificado en el informe solo por sus iniciales, que en 2018 mató a dos mujeres e hirió a otras cuatro en un estudio de yoga en Tallahassee, Florida, antes de suicidarse. El estudio de caso se centró en él porque “el historial de este agresor pone de relieve la amenaza específica que supone el extremismo misógino”, dice el informe.
Los incels centran la mayor parte de su odio en las mujeres, pero no son su único objetivo. Aunque algunos incels son personas de color, la mayoría son hombres jóvenes, blancos y heterosexuales, y dirigen su ira contra cualquiera que no encaje en estas etiquetas.
El término incel se generalizó a mediados de la década de 2010, pero la ideología subyacente lleva mucho más tiempo arraigada en nuestra sociedad. Sin embargo, a medida que la tecnología y las redes sociales se han convertido en aspectos esenciales de nuestras vidas, han dado a los misóginos mayores plataformas.
En su libro, Sugiura escribió que caracterizar a algunos incels como extremos o no “oculta sistemas de opresión y misoginia ‘cotidiana’ -especialmente en línea, donde esos límites pueden ser más difíciles de diferenciar- que se han convertido en socialmente sancionados y normalizados”.
Como conclusión del informe “Hot Yoga”, el Servicio Secreto afirmó que cualquiera “que pueda estar en posición de intervenir” debe prestar atención a “comportamientos objetivamente preocupantes” y tomar medidas antes de que deriven en violencia.
Este recurso cuenta con el apoyo total o parcial de fondos proporcionados por el Estado de California, administrados por la Biblioteca Estatal de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos de Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Detengamos el Odio. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, visita CA vs Hate.
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