One man cuts another man's hair, both wearing medical masks, in barber chair on a bus

La Revolución del Peluquero Comienza en Autobús

One man cuts another man's hair, both wearing medical masks, in barber chair on a bus

El barbero James Miggins abrió Lé Tour de Fade, una peluquería en un autobús, como respuesta a la pandemia. (Joel Umanzor Jr. / The CC Pulse)

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Por Joel Umanzor Jr.

Desde que cerraron varias empresas “no esenciales” del oeste del condado en marzo, una de las industrias más afectadas ha sido la peluquería y el cuidado personal.

El 29 de julio, el Departamento de Salud Pública de California publicó los protocolos de seguridad para que los salones de belleza y peluquerías comenzaran a operar nuevamente. Sin embargo, después de casi cinco meses de cierres, el panorama ha cambiado para muchos estilistas y barberos.

James Miggins es uno de los diversos barberos que ha tenido que adaptarse a la COVID-19 y lo hizo al convertir un minibús de 7 metros en su propia silla de barbero móvil, llamada Lé Tour de Fade, en respuesta a la orden del departamento de salud que las tiendas interiores permanecen cerradas.

“Lo único que dijeron que podíamos hacer era trabajar afuera”, dijo Miggins. “¿Pero cuántas personas realmente van a tener la posibilidad de trabajar afuera? No todo el mundo tiene un gran estacionamiento. No todo el mundo mundo tiene patio trasero. No puedes simplemente decir: ‘Trabajen afuera’, porque no es tan fácil”.

Miggins, conocido en la comunidad de peluqueros como Boo Billions, dijo que la COVID-19 ha obligado a muchos en la industria de la peluquería a reconsiderar ciertas normas y esto lo ha impulsado a tratar de desarrollar nuevas prácticas.

“Tengo la sensación de que puedo revolucionar la peluquería”, dijo Miggins. “No creo que la peluquería vuelva a los interiores. Me siento mal por la gente que tiene locales en este momento, porque estás estancado. Siento que la barbería tradicional está muerta y nadie quiere estar encerrado en un edificio”.

Según Miggins, aunque ya había señales de que la industria se estaba moviendo de la configuración tradicional de peluquería y salón a un enfoque comercial más individual, la COVID-19 magnificó estos cambios.

“Había muchas cosas que empujaban a manejar el negocio por tu cuenta”, dijo. “Todo eso de tener cuatro, cinco barberos se acabó. Había dicho esto incluso antes de que llegara “el corona”: ‘Creo que las peluquerías van a morir’, porque hay demasiada gente de la que tienes que preocuparte”.

Miggins ha desarrollado Lé Tour de Fade durante los últimos cinco meses a la luz de estos cambios en la industria y la salud. Hacia fines del año pasado, se encontraba en una encrucijada con la peluquería justo antes de que estallara la pandemia.

“Terminé cerrando mi tienda, yo y mis socios comerciales, teníamos una tienda en Pinole”, dijo Miggins. “Todo el mundo quería seguir su propio camino, así que alrededor de noviembre, diciembre yo estaba dando vueltas. Estaba perdiendo la cabeza, la verdad, porque no sabía a dónde iba a ir”.

Miggins dijo que estaba en territorio desconocido porque era la primera vez desde que se convirtió en peluquero que no tenía dónde cortar el cabello.

“En ese momento, Pinole era el único lugar donde había construido toda mi clientela”, dijo. “Todo el mundo de los alrededores iba allí y confiaban en mí. Fue difícil porque sentí que estaba decepcionando a mi gente”.

Durante este tiempo Miggins dijo que sentía que necesitaba alejarse de la peluquería y el espíritu empresarial y que estaba buscando activamente otras empresas y cambios de carrera.
Pero las palabras motivadoras de sus seres queridos fueron las que lo mantuvieron a flote y apasionado. Nacido y criado en Vallejo, Miggins contó cómo habló con su primo, Earl “E-40” Stevens, y le pidió a su exitoso miembro de la familia una oportunidad laboral.

“Lo llamé y le pedí trabajo. Dije: ‘Primo estoy cansado de esta barbería y estoy listo para hacer algo diferente’”, dijo Miggins.

“Se rió de mí y dijo: ‘No, no puedo darte un trabajo. Eres el mayor emprendedor que conozco. No puedes trabajar con nadie’, y creo que ese fue el punto en el que absorbí todo, todas mis heridas, y volví y fui por ello. Luego compré el autobús”.

A través de algunas búsquedas y redes locales, Miggins pudo localizar a un afroamericano ya mayor, dueño de una compañía de transporte local y pudo aprovechar una ley que requiere que la industria adquiera autobuses más nuevos cada cinco años.

“Tenía muchos autobuses allí y me dio una buena oferta en uno de los autobuses porque quería ver triunfar a un joven empresario”, dijo Miggins. “Todo ha sido una bendición. Cada paso ha sido una bendición. Pasé de la nada a algo concreto”.

Miggins atribuyó su sostenibilidad durante esta nueva empresa a su visibilidad y participación en la comunidad. Dijo que se debe a su relación con sus clientes, incluida la mayoría de la mercancía que vende.

“Estas son las movidas de mis clientes. Solo quieren que los ayude a levantarse”, dijo. “Todo se trata de trabajar con tus clientes y convertirse en una familia”.

Después de poco más de un mes en la carretera con su autobús azul, Miggins ha pasado desde Vallejo hasta el sur de Oakland para dar servicio a varias comunidades alrededor de los condados de Solano, Contra Costa y Alameda. Dice que su objetivo es eventualmente volver a un lugar conocido.

“Creo que uno de mis sueños más grandes, incluso teniendo este autobús, es volver al lugar donde comencé la House of Blends’ allá en Pinole, en Fitzgerald Drive, y estacionarme allí mismo”, dijo Miggins. “Recuperar el negocio sin tantos gastos porque tenía una clientela sólida en ese lugar”.

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