04 Nov Mi abuela une a nuestra familia a través de la comida

La hermana menor y la abuela de la autora horneando juntas.(Foto cortesía de Arianna Caramagno)
Comentario, Arianna Caramagno
Algunos de mis mejores recuerdos con mi abuela se formaron cuando me dejaba ayudarla en la cocina. Cuando era niña, pensaba que simplemente disfrutaba cocinar y hornear. Pero al crecer, entendí que preparar comida juntas era más que una oportunidad para hacer algo delicioso. Era una manera de conectarnos con nuestra familia y nuestra herencia.
Mi abuela ha sido una cocinera experta y una presencia constante en mi vida desde que tengo memoria. Galletas con chispas de chocolate, espaguetis y arancini son solo algunos de los platillos que me enseñó a preparar. Viví con ella hasta los 4 años, cuando mi familia se mudó a un pueblo cercano. Aun así, comenzamos una tradición de cenar juntas todos los domingos.
El tiempo en la cocina con ella me ha permitido recibir sus sabios consejos. Además de enseñarme la importancia de la responsabilidad y la bondad, siempre me advierte sobre mis malos hábitos de procrastinación, algo que lamentablemente solo empecé a tomar en serio ya de adulta. Pero lo que más ha perdurado con los años es la importancia que ella da a mantenernos unidos como familia, sin importar la distancia emocional o física que nos separe.
Casi toda mi familia extendida vive repartida por California y los estados cercanos. Aunque la mayoría está a pocas horas de distancia, sigue siendo difícil encontrar tiempo para vernos en persona. Muchas de nuestras interacciones son por teléfono, mensajes o videollamadas, lo cual es bonito, pero no se compara con estar juntos.
Las pocas veces al año que logramos reunirnos, mi abuela siempre se encarga de que haya comida para compartir. Durante las fiestas navideñas, hornea suficientes galletas para regalar a toda la familia y a los vecinos. En el Día de Acción de Gracias, siempre está lista para ayudar cuando algo se quema o sale mal.
Cuando lleva comida a las reuniones familiares, mi abuela siempre encuentra una manera de hacernos sentir vistos y queridos. Se asegura de preparar algo que todos puedan disfrutar, incluso si eso significa adaptar sus recetas para los más exigentes o para quienes tienen alergias alimentarias.
De niña no lo entendía, pero ahora sé que mi abuela hace más que preparar comida deliciosa. A través de sus recetas y de invitar a otros a cocinar con ella, ha encontrado una forma de unirnos bajo el mismo techo para compartir los mismos sabores de siempre. Aunque el tiempo y la distancia separen a nuestra familia, las recetas que ella nos ha transmitido permanecen iguales.
Compartir las recetas familiares nos ha permitido conectarnos de una manera más profunda con nuestra cultura y entre nosotros. Compartir nuestros errores y aciertos en la cocina se ha convertido en una forma de crear lazos. También ha motivado a los niños de la familia a aprender las recetas que se han transmitido por generaciones y mantener viva la tradición.
Aunque los platillos que preparo todavía no saben tan bien como los de ella, espero algún día poder unir a mi familia a través de las comidas, tal como ella lo hace.



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